Tuesday, August 15, 2006

Monterroso’s Dinosaur

There is no major critical study of the work of Augusto Monterroso. What little criticism is available seems to demonstrate that his narrative has resisted conventional literary criticism. Monterroso's short stories, fables and essays defy traditional generic expectations, thereby producing an inventive, rebellious, new style of short narrative proper of posmodernism. This reading will attempt to give a lecture on this microrelato or micro-short-story called: The Dinosaur.

Upon awakening, the dinosaur was still there.
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.

Once the reader finishes to read the micro-short-story many questions may come to his or her mind:

Is the protagonist a person from prehistory?
Is it a dinosaur perceived in dream that has materialized?
Or, is this simply the toy with which a child fell asleep?

This text may be understood, literarily, by integrating information that the reader meets progressively: at first, the reader recognizes phonemes that are attached to temporality elements: adverbs of time (upon) and (still), an adverb of place (there), a definite article (the), verbs (to awake, to be) and the noun dinosaur. Nevertheless, the establishment of an overall significance supposes another work on behalf of the reader, who must develop several assumptions, in particular on the identity of the sleeper and the space-time framework where the story takes place.
Wondering about the sequence of the two proposals, the reader tries to confer a meaning to this text, which, in theory, must have one.

On the other hand, a bunch of analogies are caused by these seven words that may seem prosaic, but may produce on the reader an irresolute enigma.
Scarce contextualization, distiches and pronouns without referent, make that the reconstitution of the history could hardly take place.
The reader who is not a text theorist will undoubtedly not think if the micro-short-story observes the minimal conditions of the text as the transformation of a state of being.

The text, at first glance, appears to be not minimal, but incomplete. It is indeed impossible to evaluate the relative meaning of the two proposals without prolonging the utterances of the text by narrative scaffolding, which is plausible and dubious at the same time.


All this said, the margin of maneuver -- the "freedom" --, which is authorized to the reader here, may be limited.
However, it seems to us that uncertainty, combined to impossibility of slicing between the various assumptions, may rather cause to stop the development of only one total scenario at once.

It is true that, with the participation of the reader, a text controls to a certain point its reading by the establishment of a relevant axis that allows the reader to distinguish the principal elements from the additional elements and to assemble in a whole dissimilar single unit all the information in a text.

It is precisely on these points where the minimal text appears anything but a text in miniature, like a quantitative reduction of the complexity of the text.
The qualitative silences of Monterroso’s sentence have as a consequence that the text’s organization is not very constraining so that the reader won’t arrive to a single result, but many.

Monterroso’s micro short-story guides the reader with difficulty, too much necessary data being missing, but this is done with a purpose. The minimalism of the text is not reflected on its reading which is done rather in a maximalist way.
The work of reconstitution requires in this case a high number of inferences.
Another fundamental factor to demolish the principle of a unit, and a single lecture, is born with the disappearance of the traditional subject.
The reader’s individual experience is collectivized in the use of demonstrative deictics that lets us understand the previous experiences of the characters. In this micro short-story the subject, if there is any, has no gender.

Therefore, the key of the text lies on the verbs and the adverbs, that suggest the reader’s knowledge of the time and the space in which the plot may be developed, but that does not restrict the imaginative freedom of the receiver.
We all know that the artifice of the fable consists of presenting a dissimulated or hidden truth. Is there, however, “truth” in Monterroso’s fable? Is there, perhaps, an anti-truth that denounces the lie that passes for truth? There we see the first break from the purpose of the fable: Monterroso teaches nothing, his genre is not didactic, the moral is not before the story, nor after it, nor even distributed diffusely, like a kind of ethical sweat.

Monterroso does not try to establish a moral canon, but proclaims that everything is relative. In this story, the fable genre does not lose by the subtraction of a superfluous moral, but gains from the addition of openness and relativity, becoming more appropriate for our time as more compelling for the reader. Monterroso leaves this text in suspense and offers to the reader the possibility that he/she himself/herself, with a given jurisdiction, establishes the moral. The reader thus becomes a co-fabulator, the old genre is renewed with an unsuspected capacity of subversion, if we are capable of that.

Breve lectura de “Octavio Paz: La dialéctica de la soledad” de Ramón Xirau”

En “Octavio Paz: La dialéctica de la soledad”, Ramón Xirau analiza concisa y reflexivamente algunos temas de la obra paciana como la soledad, la palabra y la rebeldía, haciendo una crítica de tipo literaria-académica y intertextual-hermeneútica. Los sub-temas que abarca el ensayista son:

a. La rebeldía de la palabra en Octavio Paz.
b. Algunos conceptos y concepciones de la poesía y de los poetas
c. Influencias literarias de Paz
d. La simbología en Paz.
e. La soledad como leitmotiv de poesía paciana.
f. Una comparación de la soledad entre la poesía española y mexicana.
g. La soledad como dialéctica
h. La poesía como instrumento reconciliador de diferencias, etc.

El enfoque principal del ensayo parte de una introducción abreviada del romanticismo titulada “Poesía y rebeldía”. Xirau hace una comparación casi binaria entre la racionalidad y la irracionalidad del siglo XIX, y como estos cambios en el pensamiento filosófico, poético y hasta psicológico influenciaron el anhelo de ciertos poetas europeos de la época. A parte de esto, también describe la influencia que la guerra de España tuvo en varios grandes escritores del siglo XX. Es aquí donde Xirau empieza a exponer algunas ideas que serán claves en la obra de Paz como la palabra y la soledad para “teorizar” y “construir” (Xirau 186).

En “Conexión”, Xirau expone su pensamiento con respecto a lo que es el poeta y lo que es ciertamente Paz.. Poeta es antes que nada un creador, un descubridor de mundos ocultos, latentes a la mirada de los demás (Xirau 187). El o la poeta es un vate, visionario y profético, y tiene a la poesía como su única religión. Los poetas por ende sacramentan la experiencia de los hombres. Paz, posteriormente, es también comparado a los románticos y surrealistas franceses. Aprendemos que Paul Éluard tuvo una gran influencia en el poeta mexicano, pero a diferencia del francés, Paz no sólo se preocupa en crear un mundo, pero de darle sentido: “Invento la palabra, libertad que se inventa y me inventa cada día” (Xirau 188)

“Los símbolos en acto” es un breve estudio de la simbología utilizada en la poética paciana. Xirau hace una comparación de la primera poesía con su obra central. Vemos que el procedimiento simbólico primero de Paz es simple y mimético o un “correlato poético de la realidad (Xirau 189). Más adelante se convertirá en una “realidad simbólica” que advierte “un intento de eternización” (Xirau 190). El poeta convierte los sueños en poesía y la poesía en “tan sólo un sueño”. Así, la experiencia poética de Paz, según el estudioso, se convierte en una “experiencia radical” de “la soledad”, “la de una incurable imposibilidad de comunicación” (Xirau 192)

En “La experiencia de la soledad”, Xirau manifiesta que Paz llega a ser en un momento dado “el más desesperado de los poetas mexicanos” debido a su experimentación de la soledad. Esta desesperación se afirma a través de la violencia, la vehemencia y el arrebato de las palabras, los cuales diferencian al poeta de sus anteriores. La reiteración de palabras, imágenes y sentidos es utilizada para acotar la fugacidad de la vida: un instante que si no es eternidad, por lo menos es momento (Xirau 194). La rebeldía en Paz está manifestada a través de símbolos e imágenes que revelan un pesar existencial y humano: “Romperé los espejos, haré trizas mi imagen” (Xirau 195)

“Por qué la soledad” ahonda la comparación de la experiencia de la soledad entre poetas españoles y mexicanos. Para Xirau, la soledad del español es imaginación (Góngora), tiempo (Quevedo) y crítica en general; el español no experimenta la soledad está con él. El mexicano experimenta la soledad distintamente hasta ser sujeto y objeto de la experiencia y ello pierde su propia identidad (Xirau 196). Pero Paz fusiona ambas tradiciones y las convierte en una sola:
“¿soy un llegar que nunca llega?

La experiencia de la soledad es una energía vital ya que es insustancial y perecedera. Seguidamente, Xirau hace otra comparación de Paz con algunos poetas del siglo de oro terminando por recapitular que la soledad es una experiencia religiosa.
En “La dialéctica de la El soledad”, Xirau empieza con un ejemplo de El laberinto de Antonio Machado. Con esto, da a conocer que toda soledad envuelve una dialéctica en la trascendencia y la salvación se logra a través de la comunicación con los demás.

En “Paréntesis y ejemplo” demuestra está dialéctica con el poema “Himno entre ruinas”. Así podemos vislumbrar que en la palabra reside la fuente de liberación y que la poesía es capaz de reconciliar todas las dicotomías posibles.
“Vuelta a las palabras” es una síntesis de los temas tratados por Paz en su poesía como la soledad, la comunión, el amor, la esperanza y la libertad.

Desde mi óptica, para Paz la soledad es toda una experiencia, o una experiencia constante, debido a que el ser humano está separado de su ser mismo, y existe, en realidad, como dos entes: el "otro" o la “alteridad” es el extraño y a la vez el doble. El dilema de este binarismo convierte su existencia en una perpetua búsqueda de ese "otro" ya que la "otredad" es irremediable desde el momento en que Paz piensa que sólo puede recuperar su totalidad, su ser entero, mediante la amalgamiento de su ser con la "mitad perdida." Él mismo lo expresa como sigue:

"El precipitarse en el Otro se presenta como un regreso a
algo del que fuimos arrancados. Cesa la dualidad, estamos
en la otra orilla" (El arco y la lira 177).

Esto es importante, asimismo, para entender las inquietudes de muchos poetas mexicanos del siglo XX. La búsqueda de así mismo empieza por verse en otro. La soledad, como el tiempo, es relativa y está en constante transformación.
Aunque Xirau logra explicarnos muy bien algunos procedimientos, técnicas y temas de la poética paciana, un análisis más vasto y profundo es necesario para entender el cómo, cuándo y por qué de sus postulados. Un ámbito dejado de lado para entender la soledad en Paz es el erotismo en su poesía. La vuelta de Paz hacía el tema de la mujer como pasión y medio para trascender la soledad, la alienación y la hostilidad del mundo y del universo es prácticamente ignorado por Xirau. La mujer en Paz es símbolo que recrea al ser fragmentado y encarna varios elementos abstractos del cosmos con el que poeta busca fusionarse.
La convicción de Paz de que la soledad empieza cuando el ser humano sale del vientre materno coincide con la visión universal psicoanálitica del eros. Creo que este es un aspecto que pudo haber sido estudiado por Xirau más concienzudamente, aunque no deja que su ensayo deje de ser de gran aporte para entender la obra poética paciana en general.

Obras citadas:

Paz, Octavio. El arco y la lira. México: FCE, 1956.

Xirau, Ramón. “Octavio Paz: La dialéctica de la soledad”. En: Entre la poesía y el conocimiento. México: FCE, 2001.

Monday, April 03, 2006

El zorro de arriba y el zorro de abajo

El zorro de arriba y el zorro de abajo es una novela que se diferencia del resto de la obra arguediana por los temas que trata: testimonio, lenguaje diaspórico, transculturación, globalización, diatriba a los poderes hegemónicos, migración, abuso de la homosexualidad, predominio de la oralidad, etc. Los sub-géneros que se fusionan en está original novela son diversos: discurso, diario personal, relato, drama, ensayo, poesía, canción, etc. Todas estas características revelan que este relato es al mismo tiempo una construcción literaria como también un documento casi histórico de lo que fue la sociedad peruana de la década de los sesentas del siglo XX y la vida del autor.

Desde el introito-discurso, dado con ocasión del premio Inca Garcilaso de la Vega, se revelan ciertos índices de lo que para Arguedas fue prácticamente un proyecto:

“Pero este discurso no estaría completo si no explicara que el ideal que intenté realizar, y que tal parece que alcancé hasta donde es posible, no lo habría logrado si no fuera por dos principios que alentaron mi trabajo desde el comienzo.” (14)

Estos diarios son reveladores sobre la personalidad ambigua, casi bipolar del escritor, que vivió entre “confusión” y “belleza más que deslumbrante” (14); una vida dicotómica que ponía sobre la tela del juicio elementos tan importantes como la ideología y el compromiso político:

“¿Hasta dónde entendí el socialismo? No lo sé bien. Pero no mató en mi lo mágico" (14)

Más adelante, en sus diarios, se vislumbran sus tentativas suicidas, sus lagunas literarias, la literatura como terapia, el arte y el compromiso literario y algunas definiciones de lo que es un escritor profesional o no, respondiendo a una definición de Julio Cortázar:

[...] Y había decidido hablar hoy algo sobre el juicio de Cortázar respecto del escritor profesional. Yo no soy escritor profesional, Juan –refiriéndose a Juan Rulfo— no es escritor profesional, ese García Márquez no es escritor profesional. ¡No es profesión escribir novelas y poesías! O yo, con mi experiencia nacional, que en ciertos resquicios sigue siendo provincial, entiendo provincialmente el sentido de esta palabra oficio como una técnica que se ha aprendido y se ejerce específicamente, orondamente para ganar plata. (25)

Se puede destacar que Arguedas expone una clara defensa a lo que significa la manipulación artificial o mecánica del arte, como afirma Julio Ortega en su ensayo Los Zorros de Arguedas: migraciones y fundaciones de la modernidad andina, ya no solamente por la tecnología, sino también por el sistema mercantil que explota la literatura como un medio de enriquecimiento.
Posición política o no sobre lo que representa la literatura como tal para Arguedas, nos hace pensar de igual manera ¿Cuál es el propósito de la literatura y por antonomasia del escritor? ¿Cuál es el futuro de la literatura? ¿Será emergida en el mundo del espectáculo?
Y como se pregunta Arguedas: ¿no es natural que nos irritemos cuando alguien proclama que la profesionalización del novelista es un signo de progreso, de mayor perfección? (26)


Ya en la novela, lo primero que se puede destacar es el lenguaje; un lenguaje marginal, decadente, revelador, hasta cierto punto diaspórico: el idioma de los pescadores de Chimbote:

-“!Padrazo, padrenuestro!”, me rogabas anoche, mocoseando en el callejón del burdel. Putamadre, maricón Mudo; aquí ti’hago hombre.
-Yo soy hijo de puta, patrón. Tú sabes.
-No güevón. Aquí, carajo, a bordo, todos son putamadres menos el patrón (30)

Otra vez vemos una característica que sobrevuela la obra arguediana: el sexo, la prostitución, los burdeles, el lenguaje de los costeños, que como en El sexto, revela un visceralismo voraz, vivo, a veces escatológico:
-¿No vomitas? Entonces vas derecho a la anchoveta que Braschi, el culemacho, li’ha quitado a los cochos alcatraces (30)

Estas particularidades se comparan con aquellas del estadounidense Maxwell, que pueden ser el de quien ha vivido una experiencia de transculturación: una persona foránea que adquiere el lenguaje local, toca charango y toma chicha.

La crítica a los poderes hegemónicos también está presente en la novela. Como en Todas las sangres, se ve el poder casi absoluto de las grandes corporaciones internacionales –relacionadas con las empresas pesqueras en este caso- y su dominio todopoderoso de estas sobre el pueblo, que, como en todos los casos, son “los de abajo”:
Sólo desde esas alturas se manda, se dispone, se arregla, se pone en vereda a mezcolanzas tan peores que mierda de chancho de barriada, como es esta... país (99)


Monday, March 27, 2006

Todas las sangres II

En la segunda parte de Todas las sangres se puede destacar diferentes temas que Arguedas trata recurrentemente a lo largo de su obra, pero, asimismo, se consigue resaltar nuevos fondos con respecto a algo que atañe desde siempre al individuo y a la sociedad: la corrupción, tráficos de influencia, nepotismo, relaciones de poderes, tradicio-nacionalismo.

Al principio del capítulo VI, tres hombres de distintas edades, Cisneros, Aquiles y Don Bruno discuten sobre lo que los comuneros de Paraybamba están practicando:

-¡Oiga usted, don Bruno! –dijo, poniéndose de pie. Los cuatro ocupaban escaños de vanqueta-. Oiga usted: no vamos a tolerar que corrompa a los colonos. Yo tengo influencia. (185)

Se puede apreciar que don Bruno es alguien que corrompe a los indígenas. Si recordamos bien, esto esta en oposición a lo que el mismo don Bruno afirma anteriormente:

Compraré a buen precio, no quiero que los hombres de mis tierras vayan a los pueblos. ¡Yo soy corrompido! No quiero que los hombres de mis pertenencias sean corrompidos (41).

Esta acción por parte de don Bruno es sosegada por otra no menos indecorosa proveniente de Cisneros. Al mismo tiempo se puede ver que las influencias y el tráfico de estas son tan importantes en el sistema feudal como lo es el dinero que sirve para tales fines:

-¡Qué casta ni qué casta! Ya pasaron esos tiempos. El que tiene dinero, el que más tiene, ése manda; ése es el señor. Yo se lo voy a probar… Tengo influencia. Yo hice el diputado y aun el senador con mi plata. (187).

-Sólo dos defensas no más hay: la plata para comprar a las autoridades y el revólver para defender lo que he ganado (204).

Aquí se puede vislumbrar que existe una clara relación de poder con respecto al dinero
y la fuerza que este tiene. Siguiendo este tema, más adelante en el texto, también el consorcio minero tiene un poder magnánimo frente a los grandes hacendados de la comunidad. El poder económico ahora es más importante que el poder eclesiástico o el poder político. En palabras del joven Aquiles:

-Amigo Cisneros, usted no se orienta todavía. ¿Sabe el poder que tiene el consorcio que ha conseguido ya… vía libre de los otros consorcios para acogotar a don Fermín Aragón? Dominan el mundo...
[…]
-Dominan el mundo, pero no apoyarían un levantamiento de indios (198).
[…]
-Los consorcios no tienen patria; han superado ese concepto (205).

Podemos ver que los grandes poderes se asocian para combatir los más pequeños y las grandes corporaciones son objetos desterritorializados con el solo propósito de obtener más ganancias. Esta es un claro síntoma de lo que es el capitalismo globalizador y que en la novela de Arguedas tiene un buen ejemplo.

El tradicionalismo patriarcal también es reflejado en esta novela en un nacionalismo lacerante por parte de los hacendados en contra de los mismos indígenas, mestizos y consorcios:

Ningún indio perro o mestizo, ningún gringo ni manejador de jeep nos alcanzará. ¡Qué así sea! (201)

Esta idea hace hincapié a otra aparecida anteriormente sobre el nacionalismo capital que se puede comparar e igualar a lo que hace la corporación minera en la comunidad de San Pedro:

En eso soy nacionalista, no por pendejo, sino porque lo que ellos quieren devorar lo podemos devorar nosotros (73).

Esta acotación resalta un discurso nacionalista y tradicionalista que, puesta en la praxis, revela intereses propios, dejando de lado otras reivindicaciones más positivas como la explotación de los recursos naturales para el beneficio común de un determinado espacio geográfico y su población. Y si ni lo nacional, que presuntamente debe defender los derechos de los pobladores locales y del medio ambiente, ni las corporaciones extranjeras, que supuestamente deben traer la civilización y ayudar con el desarrollo, ¿de qué lado debe inclinarse el pueblo?, ¿existe alguna alternativa para no estar ni con uno ni con el otro?:

Oiga usted don Adalberto, ellos no tienen patria fija, sino el negocio, negocio en África, aniquilando negros; en Asia, matando amarillos; en medio Oriente… amamantando reyes que hacen cortar las cabezas de sus súbditos como a carneros. […] No les conviene que la gente tenga ojos. Es mejor que sólo obedezcan y recen (205).


Thursday, March 16, 2006

Reflections On My Blog Experience I

Blogging has a real appeal to them. Think about the idea… your own webpage, essentially… For me, it’s a pretty revolutionary idea considering that I did not have a personal web page where I could post poems, comments, and hobbies or thinks related to my academic life. Before that, Tinta y Papel, a literary magazine from Montreal, Canada, was my connection to the Internet and publishing world. Sincerely, I thought blogging was a new form of publishing program with a black background and florescent green graphics. My point here is not to boast about how ‘disconnected’ I was growing up from publishing idea on cyberspace, rather to paint the picture that my interest in online posting is a recent phenomena.

I have always had an affinity for music, poetry, film and photography, yet I purchased my first digital camera last year. Since, I have been increasingly incorporating photography into my blog. Cameras and computers are the tools that have enabled me to blend my life, academics, and adventures together.
Yet, this blog experience has allowed me to use knowledge from all disciplines inside and outside the box of an arts and science education, weaving the disciplines together to share my experiences abroad with others, as well as generate conversation within a community of friends, thinkers, fellow grad students, etc. My speech is idealistic, and I’ll be the first to admit that I did not start an intense online Socratic discussion through my blogging; however, I know that I did start a dialogue with people through other mediums as messaging services that began at the blog.

My blogging is rather personal. I was inspired by some poets’ web pages, bands blogs or by something that for me is interesting, challenging, or unique. I try NOT to get caught up in the "how.original.I.am.com did it…" type of blogging, but I am not immune to the occasional mime. But as soon as I scanned through my archives, I wonder what sort of picture my blog paints about who I really am. In cyberspace, we can be who we want to be, and hide from who we really are.

While reading other blogs, I often find myself trying to paint a mental picture of the person so that I can better connect with who they are. The down side of this is that I know for a fact, that many bloggers just don't paint a complete enough picture to really represent themselves, their lives, and their passions. How do I know this? Many of my friend's have blogs and most of them I have known before their blog fame while others I have become close to as a result of meeting them through their blog. But the end result is the same. There are things you can learn about a person through shared experiences and personal contact with the whole being. The down side to this intimate knowledge is that it makes reading these people's blogs a difficult venture at best. Even more difficult for me is commenting on their posts.

There are no absolutes in life. Things are not always what they seem, and in Cyberspace, the line between truth and fiction is so thin, you will most likely miss it when it's crossed. As my blog experience evolves, it will be my goal to stay not on one side, but both, after all, what’s reality or fiction?. So, please, the next time you stop through for a read, I ask you to think about what this blog says about me, and feel free to challenge or simply ask questions.




Carlos Antonio Pajuelo

Monday, December 15, 2003

El español hablado en el Perú contemporáneo: Breve análisis fonético, léxico y morfosintáctico

Introducción

La intención primordial de este ensayo, como indica el título mismo, consistirá en analizar y describir el español hablado en el Perú actual, cabe decir, el español peruano contemporáneo. Se tratará sobre todo del estudio de la forma hablada--sin ninguna investigación lingüística previa--del castellano de este país en su forma fonética, léxica y morfosintáctica.

Análisis fonético

Hasta la primera mitad del siglo XX la costa y la selva peruanas eran meramente yeístas, mientras ciudades andinas como Cuzco y Arequipa se jactaban de no serlo (Moreno de Alba, 216). Hoy, debido principalmente al influjo de la dicción de Lima, capital del Perú, el yeísmo es incontenible debido a que es un fenómeno urbano, característica de todas las grandes urbes (Moreno de Alba, 199). Es frecuente escuchar el debilitamiento o la elisión de la /y/ intervocálica como en /kuchío:/ cuchillo y /óie:/¡oye! en la dicción de la costa, sobre todo el norte y en ciertos estratos de la capital peruana.

La /s/ es, en Lima y en la costa en general, una dental predorsal /s/, suave casi silente, en ciertas situaciones algo prolongada. En el habla espontánea se le aspira, ante una consonante (nunca como ocurre, tan a menudo, en casi todas las costas del resto del continente, ante una vocal o una pausa). Tal aspiración puede transformarse en un alófono velar sobre todo frente a /k/: /loh-fóhforos/ /mis íxoh soh lox ke súfreh/ (Hundley: 1987). La “s” de la sierra es más bien apical /S/, menos tensa que la mejicana, pero en algunos casos similar a la española (Hundley: 1986); (Moreno de Alba, 192).
La j o g (ante e, i) es pospalatal /x/ como la mexicana o argentina, o más suave. Velar /x/ sólamente cuando se declara con énfasis. Entre los pobladores andinos es frecuente aplicar este último fonema en el lugar de las implosivas /k/ o /g/: /el áxto/, /maxdaléna/ (Moreno de Alba, 193); (Slatinska, texto internet)
La /n/ final de sílaba es velar /h/ tanto en la costa como en la sierra. La velarización se da también cuando hay bilabiales (también: tahbiéh). Esta tendencia no sólo es con respecto a las nasales y sibilantes sino se da también en otras situaciones: captar: /kaktár/(Resnik, 28); (Slatinska, texto internet).
Las fricativas 'b-d-g' intervocálicas tienden a desaparecer: /estáa/ estaba, /tóo/ todo, /awahta/ aguanta, su elisión va a veces acompañada de alargamiento vocálico: /kahsa:o/, cansado; aquello ocurre peculiarmente entre la generación más joven de la capital, y lo último parece tener su origen en individuos de la clase económica alta. En la sierra y región amazónica se mantienen, más o menos, firmes, como oclusivas. Por otra parte, la /d/ final que normalmente se elide últimamente es reforzada por cierta gente mayor en Lima /berdád/, /libertát/ (Slatinska, texto internet).
La r y rr mediana, o fuertemente asibiladas, es una de las características más relevantes del hablante andino (Moreno de Alba, 206). En Lima está estigmatizado como sinónimo de rusticidad o "recién bajar" del emigrar hacia la capital o la costa en general. Dentro de esta asibilación se da un sonido sordo para la vibrante simple /r/ y otro sonoro a la múltiple /rr/. Los limeños genuinos, sobre todo las mujeres, las pronuncian claro, (procurando éstas que la vibrante final se torne múltiple), frente a la tendencia elitiva y al cambio fricativo-sonoro de las clases populares (Slatinska, texto internet).

En el habla andina y de la selva las consonantes iniciales son normalmente más tensas que las que se producen en la costa, y dentro del habla selvática las consonantes /p/ /t/ /k/ se pronuncian con cierta aspiración. En el mismo oriente peruano y la clase popular costeña son frecuentes las sonorizaciones: ¡afuera! /abwéra/, ¡pasajes! /paSá:giS/.
Las vocales son de timbre cerrado. En Lima se pronuncian todas (aunque de forma no muy marcada por influjo del sociolécto andino), el debilitamiento se da en la sierra. Si no están acentuadas, son breves y ocurre, como en México, más cuando están en contacto con /s/ y /k/. Además, está la confusión vocálica e-i, o-u, (junto con las rr asibiladas principal característica andina) principalmente en sílaba tónica /óna i mídja/, /e salédo/ (en la costa, por parte de los “alimeñados”, se da a veces sólo una disminución o aumento de intensidad de dichos pares de vocales) y el desplazamiento de hiatos y creación de diptongos o viceversa: /me peljé ayér/ /fwístes al tjátro/ /ti ba dar déarréa/. Asímismo desplazamientos del acento: /el chofér/, /el bébe/. Los padres de la actual generación de limeños decían y dicen aún /áSér/, /árróS/, /Sabádo/, /paxáro/ (Slatinska, texto internet).

En Lima actualmente se distingue, más que en otro sitio, la enunciación juvenil de la del adulto (Moreno de Alba, 216). La primera es una adaptación, bien merecida, de la otredad: del negro y del cholo o poblador andino. Se suele balbucear y alargar la vocal final de palabra y/o sílaba tónica (común al hampa), en detrimento de las restantes.

Influencia léxica

El léxico del castellano peruano ha sido influido por diferentes idiomas. La mayor influencia la tuvo, evidentemente, del español peninsular del siglo XVI y XVII (Lapesa, 392). Por este motivo aparecen abundantes expresiones utilizadas en el habla corriente que el español peninsular atribuye de arcaicas (Moreno de Alba, 262). Otra gran influencia se le atribuye a los idiomas nativos. En el caso del Perú, hablamos en primer lugar de la influencia del quechua y del aymará, que eran las dos lenguas más habladas durante el imperio incaico. Sin embargo, no se puede omitir el influjo de otros idiomas nativos hispanoamericanos como el taíno, el caribe, el náhuatl y el guaraní, que también enriquecieron el habla peruana con muchas y variadas expresiones.

Aunque el imperio incaico se extendía por todo el territorio del Perú actual--con excepción de algunas regiones selváticas--el uso de las expresiones quechuas no lo encontramos divulgado a gran proporción. La mayor influencia la notamos en la zona andina (Hundley: 1986). Actualmente, Lima, la capital peruana está influida mucho menos por ésta. Justamente, Hundley explica que ésta parte ha sido la base de la extensión del quechua hacia el resto del territorio. A esta opinión hay que añadir que la Lima de hoy se ha convertido en el centro de todas las modificaciones que existen en el español peruano. El motivo es simple: los mismos fenómenos ocurren en todas las grandes ciudades y capitales del mundo. A esta ciudad, la mayor del país, emigra gente de todo el Perú, generalmente en busca de trabajo y “un mejor vivir”. Éstas personas, la gran parte de las veces, provienen de ciudades o pueblos andinos donde todavía existe el bilingüismo, y, así, llevan a la capital sus variadas maneras de hablar, ricas en variedades léxicas, fonéticas y morfosintácticas, que han influido, de cierta forma, algunos tipos de habla limeña. Si se dice “algunos” es porque en Perú existe una estricta diferencia, y hasta separación, de las clases sociales. Las clases altas entran en poco, o casi nulo contacto con las clases más bajas—caracterizadas por las clases emigrantes--para que se produzca una considerable influencia del idioma.

A. El quechua

El influjo quechua al castellano es grande y complejo, y exige el conocimiento de los dos idiomas. Por éste motivo, la explicación se reducirá a, solamente, algunas palabras como muestras de ésta situación.
Las expresiones quechuas aparecen en el castellano de los siguientes modos:

1. Se usan palabras tomadas del quechua sin ningún cambio aparte de pequeñas diferencias fonéticas dadas por la diferencia de los dos sistemas:

Calato: desnudo
Caroma: manta o cuero, dependiendo de los casos, que sirve para proteger el lomo de un animal de carga.
Cuy: tipo de mamífero pequeño (en los países andinos un plato típico de
la gastronomía)
Chahuara: especie de cinturón
Chasqui: mensajero que se encargaba de llevar las noticias en el imperio incaico.
Chicha: tipo de bebida, generalmente hecha a partir de maíz fermentado.
Choclo: maíz.
Chuño: papa secada, por lo general desecada al frío natural de los andes.
Huaino: canción y danza populares peruanas
Liclla: manta para cargar cosas en la espalda.
Ñato: alguien de nariz pequeña.
Quinua: tipo de cereal andino.
Rocoto – tipo de pimentón peruano extremadamente picante.
Yapa: aumento a la cantidad de la compra, comida etc., que uno hace.



2. Se utilizan palabras con la raíz quechua y con los afijos castellanos:

Apachurrar: abrazar fuertemente
Chacchar: masticar hojas de coca.
Chancar: golpear
Chapar: agarrar a alguien (contemporáneamente: besar a alguien)
Picchar: masticar la coca.



B. Los idiomas extranjeros: el inglés

Las nuevas tecnologías: la radio, la televisión, el internet, los medios masivos de consumo, el turismo, y hasta cierto punto la alineación mental, han permitido, durante el siglo pasado y actual, influjos de idiomas extranjeros tales que el inglés, el francés, el italiano y el portugués. La mayor influencia la tiene, sin lugar a objeción, el inglés, cuyas expresiones se van adaptando gradualmente al español peruano y al español en general (Alfaro, 9). A continuación tenemos unos ejemplos de esto:

Computadora: por ordenador.
Escáner: dispositivo de lectura
Kerosene: combustible popular para cocinas.
Living: sala de estar.
Pancake: por tortilla.
Show: espectáculo.
Soundtrack: melodía principal de una película.
Stand by: por no realizar, no suceder.
Trailer: tipo de carro de carga.


El análisis morfosintáctico

A continuación se destacarán los rasgos más característicos de la sintaxis del castellano peruano, que, en general, coinciden con los rasgos típicos del español latinoamericano: el uso de “ustedes” por “vosotros”, el laísmo y loísmo, el uso del subjuntivo “-se” por “-ra”, el uso expandido de diminutivos y otros fenómenos gramaticales (Moreno de Alba, 218-254). La sintaxis hispanoamericana está descrita muy detalladamente en el libro de José G. Moreno de Alba, El español en América y, además, otros fenómenos típicos del castellano peruano aparecen en el estudio de Vilma Slatinska. Algunas de éstas expresiones están recogidas de éstos dos textos. Otras han sido añadidas por el autor de éste ensayo.

Algunos de los rasgos morfosintácticos del castellano peruano son:

1. Desaparición de “vosotros”, “vuestro”.
El pronombre personal vosotros y el posesivo vuestro han sido reemplazados por el pronombre “ustedes” con su respectiva forma posesiva “su” o “de ustedes”. Al mismo tiempo, el cambio afecta también sus formas verbales. Por ejemplo:
Hablo con vosotros, niños. !Venid acá y escribid vuestras tareas!:
equivale a:
Hablo con ustedes, niños. ! Vengan acá y escriban sus tareas!

2. El subjuntivo “-ra”.
Sería incorrecto afirmar que en España se utiliza solamente el subjuntivo “-se” mientras que en la América Latina se emplea el subjuntivo “-ra”. Pero podemos decir que el uso de la forma de “-ra” prevalece en el continente americano mientras que la otra caracteriza más bien a España. Por ejemplo: Hiciese: hiciera
Cantase: cantara
Escribiese: escribiera, etc.

3. El sufijo –ada, -ida
Este sufijo es muy productivo en el proceso neológico peruano de formación de nuevas palabras. Por ejemplo:
la indiada: grupo de indios
la controlada: el control de algo = una ojeada
la pollada: barbacoa de pollo.


4. El uso de los diminutivos
El español americano tiende a utilizar un elevado número de diminutivos formados principalmente por los sufijos –ito, -itito, -illo. Éste uso generalmente carece de una función especial, lo que hay que tener en cuenta ante todo en la traducción. Algunos ejemplos son:
chiquitito
un ratito
pequeñito
un poquitito


5. El uso de los tiempos simples en vez de los compuestos: en vez del pluscuamperfecto se.
El español peruano utiliza muchas veces solamente el pasado y el pretérito perfecto simple en reemplazo, a menudo, del compuesto. De esto proviene también un limitado respeto hacia la concordancia de tiempos. Por ejemplo:
¿Qué te ha pasado?: ¿Qué te pasó?
Yo llegué a las tres mientras que él había llegado mucho más antes: Yo llegué a las tres mientras que él llegó mucho más antes.






6. La tendencia de situar el verbo al final de la oración


Ésta característica aparece a veces en el habla de las personas bilingües como interferencia del quechua que sitúa el verbo principal al fin de la oración. Por ejemplo:
Compre no más la bolsa, bonita es. La vocal del verbo, al pronunciarla, tiende a ser bastante prolongada.

7. El cambio o el aumento léxico de las palabras

Las palabras españolas, a menudo, añaden a su significado principal otros significados. Al incorporarse el nuevo significado en la lengua, el significado primario puede desaparecer o coexistir con el nuevo. Por ejemplo:
Siempre:
1. cada vez /= s.primario/ Venía siémpre.
2. al final /= s.añadido/ Siémpre vino.
Puro:
1. limpio, esencial Utilizar el alcohol puro.
2. solamente Ya no sabe quechua, habla puro español.
no más:
1. suficiente, solamente Quiero un pan no más.
2. “empezar por fin” ¡Empieza, no más! No tengo mucho tiempo.




Regionalismos

Aparte de todas las características analizadas anteriormente, los siguientes fenómenos se pueden caracterizar como típicos del castellano peruano:

1. El uso del genitivo partitivo: “es lo más lindo”
¿Te gusta la música? Sí, es de lo más lindo que hay.

2. El uso redundante de los pronombres.
ej. Se trata de una gran cantidad de dinero que nunca lo he ganado.
3. El reemplazo de los adverbios por los adjetivos.
ej. Corrió bastante bala.

Conclusión

Mediante los diferentes análisis que se han hecho en este ensayo, se pueden discernir algunos de los rasgos más típicos del habla peruana.
Desde el punto de vista fonético vemos las principales diferencias entre la pronunciación costeña y andina. Mientras que en la costa se practica casi exclusivamente el yeísmo, la sierra declara una casi constante diferencia entre los fonemas / ll / y / y /. La aspiración de la / s / típica para todo el litoral no aparece en la zona montañosa en absoluto. La situación es distinta en el caso de las vibrantes. La / r / tiende a ser pronunciada en el habla coloquial como la / ř / sonora, / ř / sorda o / r / en caso de Los Andes, y /r / en caso de la costa, mientras que la / r / normal es a menudo asibilada en las dos partes.
Describiendo las vocales, aparece la tendencia de prolongar las vocales acentuadas, tanto en el litoral como en la sierra, pero la demasiada prolongación es el símbolo del habla poco cultivada.
El caso del análisis léxico conlleva la mayor correlación entre el litoral y la sierra en la divulgación de las palabras de origen quechua. La diferencia, mucho menos notable, pero paulatinamente creciente es el uso de las palabras indoeuropeas, sobre todo inglesas, que son extendidas considerablemente en la costa pero todavía no han entrado en la misma cantidad en la zona andina.
La mayoría de los rasgos típicos para el castellano hablado en la América Latina aparece también en el castellano peruano.








Bibliografía citada

Alfaro, Ricardo Joaquín. Diccionario de anglicismos. Madrid: Gredos, 1970.

Hundley, James. The effect of two phonological processes on syllable structure in Peruvian Spanish. En Hispania 69: 665-668. New York, 1986.

_____. Functional constraints on plural marker deletion in Peruvian Spanish. En Hispania 70: 891-894. New York, 1987.

Lapesa, Rafael. Historia de la lengua española. Madrid: Gredos, 1984.

Moreno de Alba, José. El español en América. México: Fondo de Cultura Económica, 2001.

Resnik, Melvyn. Phonological variants and dialect identification in Latin American Spanish. La Haya-París: Mouton, 1975.
Slatinska, Vilma. El español peruano. Online, Internet, diciembre 15, 2003. Disponible: http://www.ff.cuni.cz/premio


Bibliografía no citada

Bello, Andrés. El castellano en América. En Texto y Vida: introducción a la literatura hispanoamericana. New York: Wiley, 2002.

Dieter, Janik. La literatura en la formación de los estados hispanoamericanos. Madrid: Iberoamericana, 1998.

García, Carmen. Making a request and responding to it: a case study of Peruvian Spanish speakers. En Journal of Pragmatics 19: 127-152. North Holland, 1993.

Granda, Germán. Español de América, español de África y hablas criollas hispánicas: cambios, contactos y contextos. Madrid: Gredos. 1994.
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